viernes, 7 de septiembre de 2007

Entre el Cielo y la Tierra


Miriam Alejandra Bianchi nació el 11 de octubre de 1961 en el barrio porteño de Villa Devoto. Sus padres, Omar Bianchi e Isabel Scioli, querían que se llamase Gilda, en honor al personaje de Rita Hayworth en esa película, pero en el Registro Civil no los dejaron. Igualmente, desde chica siempre le dijeron así.

Supo desde la infancia lo que era pelearla: cuando tenía 10 años sufrió la pérdida de su padre. Pero siguió adelante. A los 18 años se casó y más tarde tuvo un varón y una nena.

Ya separada de su esposo –Raúl Magnin-, el 20 de septiembre de 1990 conoció al compositor y tecladista Juan Carlos Toti Giménez (uno de los músicos de Ricky Maravilla y quien luego se convertiría en su pareja y marido) en una entrevista por la cual se convocaban a vocalistas para un grupo musical.

Encaminados en su nuevo proyecto, y luego de haber integrado los grupos musicales La Barra y Crema Americana, se lanzan a armar temas propios para lo que sería el lanzamiento de Gilda como solista. Al parecer, muchos productores no quisieron saber nada con el material que presentaban. No le veían futuro a una mujer en un escenario de cumbia.

Pero en 1992, Gilda edita De corazón a corazón, para luego, en 1993, sacar a la calle otro disco con un estilo más marcado: La única. Con un gran reconocimiento de la gente, en 1994 termina otro trabajo impecable como sería Pasito a pasito.

En 1995, llega el disco consagratorio de esta joven que en un momento de su vida había pensado dedicarse a la pediatría: Corazón valiente. De la mano de este material, el tema Fuiste se convirtió en un verdadero hit. Siempre se pensó que esta canción trataba sobre una historia personal de Gilda, pero en realidad ella se había inspirado en un amigo que había sido abandonado por una mujer.

El 5 de marzo de 1996 recibió el disco de oro por su último trabajo. El lugar elegido para el festejo fue la disco Metrópolis del barrio de Palermo, hoy ya cerrada pero que supo ser la catedral de la cumbia. Más tarde, hizo presentaciones en Bolivia y Perú.

La muerte de esta gran cantante, con una voz increíble y que supo conquistar a miles de personas por todo el país y hasta en el exterior, llegó el 7 de septiembre de 1996. Gilda, de 34 años, viajaba con su banda hacia Chajarí, en Entre Rios, cuando el micro en el que iba fue embestido de frente por un camión brasileño. Fue en el kilómetro 129 de la ruta 12, en las afueras de Villa Paranacito. Junto a Gilda murieron su madre Tita, su hija Mariela, tres de los músicos (Enrique Toloza, Raúl Larrosa y Gustavo Babini) y Elbio Mazzuco, el chofer del ómnibus.

A partir de ahí nacería el mito. Muchos le adjudican milagros y le rezan como si fuera una verdadera santa. El lugar del accidente se ha convertido en una especie de santuario y la gente llenó de flores, rosarios e imágenes suyas el colectivo destrozado e incinerado donde murió Gilda. Inclusive en los bailes la gente le pedía por familiares enfermos y ella, a pesar de que decía que no era ninguna "curandera", aceptaba tocar la frente de chicos y ancianos al ver la sonrisa y la mirada de sus fans.

Se dice que tiempo antes de su accidente, cambió la letra de su tema No es mi despedida. Sus seguidores lo tomaron como una premonición ante lo que se venía.

Lo cierto es que hoy se cumplen 11 años de su partida y todavía Gilda nos alegra con sus canciones y esa sonrisa que tenía siempre en su cara nos da la seguridad de que está bien, casi como entre el cielo y la Tierra.



No es mi despedida
-Gilda-

Quisiera no decir adiós, pero debo marcharme.
No llores por favor, no llores
porque vas a matarme.
No pienses que voy a dejarte,
no es mi despedida.
Una pausa en nuestra vida,
un silencio entre tú y yo.
Recuérdame a cada momento
porque estaré contigo.
No pienses que voy a dejarte
porque estarás conmigo.
Me llevo tu sonrisa tibia,
tu mirada errante.
Desde ahora en adelante
vivirás dentro de mí.
Yo por ti, volveré.
Tú por mí, espérame.
Te pido...
Yo por ti, volveré.
Tú por mí, espérame.
No me olvides...
Recuérdame a cada momento
porque estaré contigo.
No habrá distancia que te aleje
porque estarás conmigo.
Me llevo tu sonrisa tibia,
tu mirada errante.
Desde ahora en adelante
vivirás dentro de mí.
Volveré…
Tú por mí, espérame.
NO ME OLVIDES . . .

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dejá de hacer las mimas cosas que yo!!! No subas la letra de la misma canción que yo!!! Ayyy, te odio, Guido, dejame ser original.
En fin, entré porque leí que habías actualizado con algo de Gilda y no me lo podía perder. Muy bueno el texto. Viste lo del número 7? Se murió un 7, a las 7 de la tarde, murieron 7 personas y otras cosas más que no recuerdo ahora...
Bueno, me voy de viaje, cuando vuelva te cago a pedos por copiarme. Besos!