Si el fútbol de Argentina fuese un enfermo terminal, parecería que le quieren desenchufar el cable. El dominó viene de hace rato: la prohibición para que los hinchas visitantes vayan a los estadios del tan abandonado ascenso, la reducción en la Primera A, el paquete televisivo con ganancias tan mal distribuidas y la inminente implementación de las entradas personalizadas -que de aplicarse a la ligera resultará un sistema fácil de corromper-. En el país donde todo sube menos los sueldos, ahora se agregó esta increíble decisión de la AFA (léase todos los dirigentes o la mayoría, no sólo Julio Grondona) de aumentar las entradas ex populares en todas las categorías. Es importante recordar que el último incremento había sido reglamentado para pagarle el servicio a la policía y así mejorar los operativos de seguridad en las canchas. . .
Cristiano Ronaldo no jugará en el flamante campeón Lanús, Carlos Tevez no volvió a Boca, Lionel Messi no se mudó a Rosario para jugar en Newell´s y Kaká no será dirigido por Miguel Micó. Pero a partir de este torneo Clausura 2008, la entrada para un partido de Primera División será de 24 pesos, lo que representa una suba de un 71 por ciento. De ahora en más, para ver un encuentro de la B Nacional se deberá abonar 18 pesos (antes costaba 12, lo que significa un 50 por ciento más). ¿Qué pasará con la Primera B? De $10 pasó a $14 (40 por ciento más). En la C, de $6 a $10 (66 por ciento más) y en la D antes costaba $4 y su nuevo valor es de $6 (50 por ciento más caro).
No. No es como usted piensa: en San Lorenzo la policía seguirá colocando esas vallas sobre el acceso visitante para que se tarde una hora en ingresar; cuando suba hacia la tercera bandeja de la Bombonera lo escupirán desde las otras dos; en el interior del país seguirán reprimiendo, en los peajes anteriores a destino, a los hinchas que lleguen desde Buenos Aires; en Avellaneda, Banfield y Argentinos Juniors será notable la falta de control para que los visitantes no sean más del 50 por ciento que permita la tribuna; la reventa estará ante los ojos de todos; lo seguirán reteniendo luego de los 90 minutos –ya no importa si es hincha local o visitante, si no que le pregunten a los de Racing que tuvieron que esperar 20 ó 25 minutos luego de visitar a Huracán en Paternal el torneo pasado- y las plateas para ver al equipo que pelea el campeonato en las últimas fechas estarán casi a la altura de un Super Bowl.
Luego de tantas decisiones premeditadas para alejar al público de los estadios, por intermedio de diferentes medidas insólitas, desde la dirigencia de la AFA se busca que se vayan todos los hinchas de las tribunas y vean los partidos por televisión. Pero los que se tendrían que ir son quienes le hacen tanto mal a este fútbol, tanto daño. Esos que se llenan la boca con sermones que se venderían solos, si realmente fueran alcanzables y no sólo utopías que quedan en la nada. Porque luego clavan el puñal por la espalda en reuniones fantasmas de un día para el otro. Julio Grondona, José Luis Meiszner, José María Aguilar, Pedro Pompilio, todos los miembros del Comité Ejecutivo que hayan aprobado esta última estafa, el Tribunal de Disciplina, Javier Castrilli y demás.
A todos ellos, los hinchas del fútbol argentino les piden que se vayan, que se vayan todos. . .
Cristiano Ronaldo no jugará en el flamante campeón Lanús, Carlos Tevez no volvió a Boca, Lionel Messi no se mudó a Rosario para jugar en Newell´s y Kaká no será dirigido por Miguel Micó. Pero a partir de este torneo Clausura 2008, la entrada para un partido de Primera División será de 24 pesos, lo que representa una suba de un 71 por ciento. De ahora en más, para ver un encuentro de la B Nacional se deberá abonar 18 pesos (antes costaba 12, lo que significa un 50 por ciento más). ¿Qué pasará con la Primera B? De $10 pasó a $14 (40 por ciento más). En la C, de $6 a $10 (66 por ciento más) y en la D antes costaba $4 y su nuevo valor es de $6 (50 por ciento más caro).
No. No es como usted piensa: en San Lorenzo la policía seguirá colocando esas vallas sobre el acceso visitante para que se tarde una hora en ingresar; cuando suba hacia la tercera bandeja de la Bombonera lo escupirán desde las otras dos; en el interior del país seguirán reprimiendo, en los peajes anteriores a destino, a los hinchas que lleguen desde Buenos Aires; en Avellaneda, Banfield y Argentinos Juniors será notable la falta de control para que los visitantes no sean más del 50 por ciento que permita la tribuna; la reventa estará ante los ojos de todos; lo seguirán reteniendo luego de los 90 minutos –ya no importa si es hincha local o visitante, si no que le pregunten a los de Racing que tuvieron que esperar 20 ó 25 minutos luego de visitar a Huracán en Paternal el torneo pasado- y las plateas para ver al equipo que pelea el campeonato en las últimas fechas estarán casi a la altura de un Super Bowl.
Luego de tantas decisiones premeditadas para alejar al público de los estadios, por intermedio de diferentes medidas insólitas, desde la dirigencia de la AFA se busca que se vayan todos los hinchas de las tribunas y vean los partidos por televisión. Pero los que se tendrían que ir son quienes le hacen tanto mal a este fútbol, tanto daño. Esos que se llenan la boca con sermones que se venderían solos, si realmente fueran alcanzables y no sólo utopías que quedan en la nada. Porque luego clavan el puñal por la espalda en reuniones fantasmas de un día para el otro. Julio Grondona, José Luis Meiszner, José María Aguilar, Pedro Pompilio, todos los miembros del Comité Ejecutivo que hayan aprobado esta última estafa, el Tribunal de Disciplina, Javier Castrilli y demás.
A todos ellos, los hinchas del fútbol argentino les piden que se vayan, que se vayan todos. . .
1 comentario:
Muy buena la nota, está claro que el negocio del fútbol pasa más por los derechos de televisación que por los hinchas que van a la cancha. A los dirigentes de la AFA no les importa demasiado que vaya menos gente a la cancha gracias al aumento de los precios de las entradas y los pésimos operativos de seguridad.
Saludos
Tomás
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