“Ellos siguen caminando como si fueran ejércitos de ciegos”. Marchan en silencio, con gritos, con dolor, amor, bronca y esperanza. Todos saben quiénes son y qué piden: los dibujos de las zapatillas de lona y las cintas negras ya los distinguen. Perdieron hijos, hermanos, y seres queridos, pero la fuerza que ganaron y los mantiene en pie es de otro mundo, porque perder a alguien de esa forma tendría que ser historia para otro lugar y no éste.
“Ellos siguen caminando porque casi todo el tiempo les mintieron”. Tantas promesas de justicia y ya pasaron dos años, en los que no se cansaron de luchar y pedir por esas 194 almas.
“Pasa el tiempo ellos nunca tienen miedo”. A veces uno no entiende. ¿Cómo es que lo hacen? ¿Cómo es que se plantan frente a un micrófono y hablan de una vida de 15 años que fue interrumpida de esa forma, tan cruel como injusta? El temor los invade solamente al pensar en que esas vidas todavía no descansan en paz.
“Herida que hace gritar”. Y por supuesto que tienen que gritar, aunque a ellos no los representan ni simbolizan los huevos y verduras arrojadas, o los insultos a un juez o a un jefe de gobierno. Algunos se equivocaron al amenazar públicamente a funcionarios, pero lejos de apaciguar ese dolor tan profundo, la sociedad y las autoridades nacionales siguen haciendo a un lado a ese grupo de “manifestantes”, quienes al haber recibido sólo frustración en decisiones que los alejaban de la verdad, se envolvieron en bronca para pedir por favor por atención y resguardo. Es tarea de todos que no se sientan solos, como esos chicos aquella noche.
“Revolviendo la basura y los recuerdos”. Las mesas familiares tienen una silla menos, las cenas de fin de año sentirán ese vacío que solía llenar la alegría de aquellos adolescentes y jóvenes. La imagen de esos padres que jamás pensaron estar en semejante situación, no se manchará muy fácil: parecía que caían pero no era basura lo que revolvían sino que era lo que se buscaba que hicieran. Pero ellos siguieron con su costumbre de levantarse, con esa fuerza de voluntad para caminar y exigir, aún bajo la lluvia. Podría pensarse que estaban de luto, pero se contraponían las sonrisas en las fotos que llevaban colgando.
“Ellos siguen caminando, ya van a llegar”. A dos años de la muerte de esos 194 chicos en República Cromañón, los familiares y sobrevivientes buscan paz y verdad, que obtendrán a través de la justicia. Obvio que van a llegar, porque su dolor es tan grande como ese deseo inevitable para que los que ya no están sean recordados como debe ser.
-Los textuales corresponden a “Postal”, la canción del grupo Kapanga-
-Este es un texto que mandé al diario La Nación, en diciembre de 2006, en homenaje a todos los que sufrieron la pérdida de un ser querido ese día. Aprovecho este espacio para publicarlo, pero ése nunca fue el objetivo principal. EL OBJETIVO TIENE QUE SER SIEMPRE EL MISMO: "NO OLVIDAR". -
“Ellos siguen caminando porque casi todo el tiempo les mintieron”. Tantas promesas de justicia y ya pasaron dos años, en los que no se cansaron de luchar y pedir por esas 194 almas.
“Pasa el tiempo ellos nunca tienen miedo”. A veces uno no entiende. ¿Cómo es que lo hacen? ¿Cómo es que se plantan frente a un micrófono y hablan de una vida de 15 años que fue interrumpida de esa forma, tan cruel como injusta? El temor los invade solamente al pensar en que esas vidas todavía no descansan en paz.
“Herida que hace gritar”. Y por supuesto que tienen que gritar, aunque a ellos no los representan ni simbolizan los huevos y verduras arrojadas, o los insultos a un juez o a un jefe de gobierno. Algunos se equivocaron al amenazar públicamente a funcionarios, pero lejos de apaciguar ese dolor tan profundo, la sociedad y las autoridades nacionales siguen haciendo a un lado a ese grupo de “manifestantes”, quienes al haber recibido sólo frustración en decisiones que los alejaban de la verdad, se envolvieron en bronca para pedir por favor por atención y resguardo. Es tarea de todos que no se sientan solos, como esos chicos aquella noche.
“Revolviendo la basura y los recuerdos”. Las mesas familiares tienen una silla menos, las cenas de fin de año sentirán ese vacío que solía llenar la alegría de aquellos adolescentes y jóvenes. La imagen de esos padres que jamás pensaron estar en semejante situación, no se manchará muy fácil: parecía que caían pero no era basura lo que revolvían sino que era lo que se buscaba que hicieran. Pero ellos siguieron con su costumbre de levantarse, con esa fuerza de voluntad para caminar y exigir, aún bajo la lluvia. Podría pensarse que estaban de luto, pero se contraponían las sonrisas en las fotos que llevaban colgando.
“Ellos siguen caminando, ya van a llegar”. A dos años de la muerte de esos 194 chicos en República Cromañón, los familiares y sobrevivientes buscan paz y verdad, que obtendrán a través de la justicia. Obvio que van a llegar, porque su dolor es tan grande como ese deseo inevitable para que los que ya no están sean recordados como debe ser.
-Los textuales corresponden a “Postal”, la canción del grupo Kapanga-
-Este es un texto que mandé al diario La Nación, en diciembre de 2006, en homenaje a todos los que sufrieron la pérdida de un ser querido ese día. Aprovecho este espacio para publicarlo, pero ése nunca fue el objetivo principal. EL OBJETIVO TIENE QUE SER SIEMPRE EL MISMO: "NO OLVIDAR". -
2 comentarios:
Muy lindo el texto lástima que esté inspirado en algo tan triste que pudo haberse evitado...
"Y mañana volverá
a ser como es hoy
Porque acá todo es
así constantemente
y mañana mientras duerme,
unos lloran otros mueren.
Y desatara tus nudos algún Dios.
Si no va a ser como siempre
no será tan diferente
Tu esperanza va a
ser solo indignación.
Y nos quieren atrapar con la ilusión"(8)
recuerdo el abrazo en la misma vereda que ese 30. gracias
cla.
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